lunes, mayo 26, 2008

Prueba de que sí corrí!


Acabo de revisar la página del club de corredores y ya publicaron algunas de las fotos de la carrera de 15km. Muchas gracias a Jason Lee por tomarme esa foto cuando faltaban como 500 metros para llegar a la meta.

Aunque voy coloraditica, vieran que iba bastante bien. Resulta que la ruta era tal que pasamos frente al lugar donde empezamos cuando todavía faltaba dar una vuelta más de como 1200 metros, así que todos tuvimos un "alegrón de burro" pensando que ya llegábamos y de pronto ver que había que seguir un poco más.

En la foto, mundo pequeño, la persona que va detrás es Carla Petzold-Beck, quien estuvo un tiempo trabajando en Nicaragua y ahora está a cargo del hotel Carcosa Seri Negara, en la antigua residencia del gobernador colonial inglés.

Bueno, todavía esperaré la foto que me tomaron al pasar la meta, pero creo que ahora sí me creerán que corrí y no que me fui a tomar un "teh-tarek" con "roti canai" (desayuno típico malasio) mientras pasaba la carrera.

sábado, mayo 24, 2008

Tioman y la carrera de 15 km

En las últimas semanas, tuve varios viajes a Tiomán con grupos de estudiantes. En el fin de semana entre dos viajes, aproveché para entrenar un poco más para ver si me atrevía a participar en la carrera de 15km – a la cual ya me había inscrito – que sería el 18 de mayo.

El día que había ido a recoger la camiseta y número para la carrera con la gente del club de los Pacesetters, todos expresaron gran confianza en que yo estaba lista y hasta arreglaron para que alguien me diera un aventón al parque esa mañana.

En Tiomán, definí correr en el caminito (acera) que hay entre Melina y el pueblito de Genting, que tiene alguillo de desnivel y mide como 2km más o menos. Entre semana, apenas me daba tiempo de hacerlo una o dos veces (4 o 8km). Lo divertido es que dos de los muchachos ingleses que estaban conmigo, dijeron que saldrían a correr conmigo, pero resultaron ser demasiado rápidos para esta tortuguita y sólo los veía pasar para un lado y el otro.

El domingo 10, me levanté de nuevo temprano (aquí amanece a eso de las 6 y media, 6 y cuarenta) y me propuse a hacer el recorrido cuatro veces. Así, a pasito de Ligia – sin romper récords – pasé poco menos de dos horas corriendo sin problema. Así que decidí que sí podría ir a la carrera en KL!

Mantis chirrisca (~2cm) que se vino a parar en mi brazo una noche

Al día siguiente, recibíamos a dos grupos de estudiantes: 72 chiquillos de 12 años de la escuela Tanglin de Singapur y 15 de 11 años de la Escuela Holandesa de Singapur. Bridget me asignó para trabajar con ella con los holandeses. Desde temprano en la mañana, llamaron para avisar que el bus que debía recoger a los holandesitos, había ido a la escuela equivocada – se fueron a la escuela suiza... un europeo u otro, quien sabe la diferencia? – y cuando finalmente los recogieron, el chofer “decidió” irse por el cruce antiguo a Malasia – que siempre está taqueado de tráfico... – así que no llegaron a tiempo para el ferry de mediodía, sino que tomarían otro a media tarde. Y el biólogo que traía este grupo estaba asignado para el otro grupo, de modo que hubo que ajustar rápido y me fui a la otra playa a tomar su lugar e iniciar el programa por él.


Ya al anochecer, volví a Melina donde ya habían llegado los chiquillos holandeses y empecé a trabajar con ellos. Ahora bien, este grupo, que es apenas un año menor que los otros que hemos tenido este año, resultó ser muy diferente: la escuela holandesa tiene un sistema más “relax” y los dos maestros que los acompañaban nunca alzaron la voz ni amenazaron y les daban bastante libertad, pero los mocosos se portaron super bien! Nosotras también entonces seguimos el ejemplo y el viaje fue muy tranquilo. Nos hizo gracia que en este grupo teníamos dos pares de gemelas, unas idénticas y las otras mellizas, pero ambos casos, las personalidades muy diferentes.

En esos días hubo una competencia en la isla que se llamaba el “Tioman Eco-challenge” y como 20 equipos de cuatro personas (todos con una mujer) que hicieron etapas en bici, corriendo, en kayak y no sé qué más y entre etapas, tenían que completar “pruebas” de cosas tradicionales como juegos o como hacer cometas.

También tuve la oportunidad de conversar con dos mujeres con historias muy interesantes: Rita, que es de Myanmar, trabaja de mucama en Melina, pero esta señora de 60 y tantos años tiene un título universitario de administración y contabilidad; pero como su situación en Malasia es de refugiada (y anda pasaporte de Naciones Unidas) no le reconocen sus títulos, así que en los últimos 15 años ha estado trabajando de empleada doméstica y ahora en el hotel. No puede volver a su país, pues ya fue prisonera política dos veces. Cuando le comenté del ciclón de hace dos semanas, dijo que mejor no quería saber, pues sabía que los generales no harían nada para ayudar a la gente y ella no puede hacer nada al respecto...

Jazmín, es filipina y llegó con una familia alemana para la que trabaja como niñera de los hijos. Habla inglés perfecto y ya mastica algo de alemán. Resulta que tiene un título universitario en Enseñanza de Inglés, pero le resultó mejor venirse de Filipinas a Singapur a trabajar de doméstica. Ahora lo que hace es trabajar de voluntaria, enseñando inglés a imigrantes en sus días libres.

Así que, démonos con una piedra en el pecho porque somos todos gente muy privilegiada!

El viernes, ambos grupos de estudiantes salieron de vuelta para Singapur y la mayoría de los instructores nos quedamos para recibir un cursillo sobre tortugas marinas, cómo marcarlas y manejo de viveros, que nos daría Maggie, nuestra colega holandesa, quien vive en Indonesia.

La razón por la que se organizó este curso es porque Peter, el dueño del hotelito de Melina, lleva varios años tratando de ayudar a proteger las tortugas en Tiomán. En Malasia, igual que en Costa Rica, las tortugas marinas están oficialmente protegidas, pero, igual que en Costa Rica, una cosa es la teoría y otra la práctica...

Aquí llegan baulas, verdes y careys. Las baulas iban a una playa en Terengganu donde el Ministerio de Turismo decidió hacerlas el atractivo principal, pero no definieron los límites a lo que podían hacer los turistas (se montaban en la pobre tortuga, los hoteles pusieron luces en la playa para verlas, etc.) y ahora ya van seis años que no aparece una tortuga por ahí.

El año pasado capturaron un pesquero chino en aguas malasias con más de 200 tortugas que seguro iban para carne y usar el carapacho. Además, no hay vigilancia activa de las playas donde anidan, así que la gente saca los huevos y los vende abiertamente en los mercados. Hay además una complicación de que hay algunas familias que recibieron del sultán la “licencia” para sacar los huevos de algunas playas y ahora no está muy claro quien puede y quien no.

En el caso de Tiomán, parque marino, hasta donde sé, nadie tiene ninguna licencia real, pero apenas aparece una tortuga, rapidito hay quien escarbe el nido... La isla no tiene playas donde llegan grandes cantidades de tortugas, sino que son unas cuantas que anidan en las costas este y oeste de la isla.

Entonces, lo que Peter hace es que él ofrece comprar los huevos a un precio mayor que el que pagan en el mercado, los re-entierra y protege hasta que nacen y ya salen solitas al mar. Esto, si uno lo ve con apego a la ley, lo que él hace es ilegal y promueve el saqueo ilegal de nidos, pero por otro lado, nadie patrulla las playas – con todo y que esta isla es un parque marino – y la gente de todas maneras colecta los huevos para venderlos – y comerse algunos ellos mismos – así que “la pior diligencia es la que no se hace”!

Desde el 2000, han recibido poco menos de 1900 huevos y de éstos, han logrado “eclosionar” (o en términos menos domingueros, nacer) un 72%, nada malo para una operación totalmente aficionada, pero muy bien intencionada. El año pasado, vino un “experto” que le dijo que tenía que ponerle techo al lugar donde tenía los nidos enterrados “para que nacieran más machos, pues hay muchas hembras”. Lo que no especificaron era que eso aplica para las tortugas baulas y en Tiomán la mayoría son verdes y algunas carey, nunca baulas. Y de por sí, eso de promover que nazcan sólo machos, suena más cultural que práctico! (todo esto porque en las tortugas marinas, la temperatura influye en qué sexo tendrán las tortuguitas, entre más alto, hembras, más frío, machos).

Por su parte, Maggie trabajó un tiempo en Costa Rica y en Nicaragua en proyectos de conservación de tortugas y ahora está con un proyecto en la isla de Sumatra (www.acehturtleconservation.org) , así que ella vino y nos dio un repaso sobre estos lindos animales y luego sobre los protocolos para monitorearlas, marcarlas y tener viveros, así como sugerencias para Peter sobre cómo mejorar su pequeña operación y tal vez empezar a marcar las tortugas que podamos ver.


Terminamos el sabado en la tarde y yo tomé el vuelo – atrasado – de vuelta a Kuala Lumpur. Era un fin de semana largo – pues el lunes era Luna de Wesak, festividad budista – y la isla ya estaba llena de gente. Miguel me esperaba en el aeropuerto y fuimos llegando a la casa a las siete pasadas.

El domingo, me levanté a las cinco y a la media hora estaba en la entrada, donde pasaron por mí para ir a la carrera. Aunque la carrera empezaba hasta las siete, todo mundo trata de llegar temprano para agarrar parqueo ahí cerca en el parque de Lake Gardens, de donde empieza la actividad.

Como la otra vez, había tamaño molote; me despedí de mis acompañantes pues sabía que ellos era más rápidos, hice fila para el baño y luego empecé a calentar. Me encontré con dos mujeres – madre e hija de 65 y 30 y tantos – que la hija había inscrito a la madre de regalo de cumpleaños. La señora decía que haría el recorrido caminando; al final de la carrera no las vi.

A las siete en punto salimos, un aterro de gente y ahí fui a mi pasito tun-tun y cuando iba por como unos 12km, alcancé a Alex, el chino que me dio el aventón, que iba el pobre con una pierna medio agarrotada. Seguimos juntos un rato y al final lo dejé para seguir yo un poquito más rápido. Al final, entré a la meta en una hora y 41 minutos. Para mí eso es todo un logro, ya que el objetivo principal era “terminar en dos horas o menos”! Al pasar la meta, me aseguré de que me tomaran una foto, pero pasaran varias semanas antes de que me la manden; así que no incluyo todavía prueba fotográfica de mi logro.

Por supuesto, ya todo el mundo empezó a hablar de la carrera que hay en julio y las otras en agosto para que me apunte. Ya veremos.

La otra vez, después de la carrera nos fuimos a desayunar, pero esta vez los dos amigos tenían que apurarse a volver a la casa pues tenían que llevar a sus hijos a “recuperación”. Se imaginan un domingo! Y uno tiene ocho años y el otro seis!!!

Yo por dicha, la única recuperación que tenía que hacer era la mía!