sábado, julio 26, 2008

Visita a Endau Rompin

Aquí en Malasia, una de las áreas protegidas más importantes en la península es el Parque Estatal de Endau-Rompin, ubicado a ambos lados del límite entre los estados de Pahang y Johor, en la parte este de la península. Cubre 91,000 hectáreas de bosque entre los ríos Rompin y Endau, que son las principales vias de acceso al lugar.


Desde que vivimos en Johor Bahru, hace diez años, nuestro grupo local de la Malaysian Nature Society trató varias veces de organizar giras a este parque, pero dado que el acceso es difícil por los malos caminos y la distancia, no llegué a visitar el lugar.

Ahora, Ishak nos invitó a acompañarles en un viaje de "reconocimiento" para ver si pueden organizar tours allí, pero Miguel se quitó pues sólo iríamos por dos días y le pareció que sería muy pesado (ya verán!).

El plan era salir de Kuala Lumpur en la mañanita, manejar al sureste hasta Unggol, donde hay un hotelito a la orilla del parque del lado del estado de Pahang. Allí, alistaríamos balsa y kayak y empezaríamos a bajar hasta el anochecer, que pararíamos en un banco de arena para acampar. Al día siguiente seguiríamos a Kuala Jasin, desde donde haríamos una caminata y volveríamos para continuar remando hasta Kampung Peta, donde la gente del hotelito habría enviado los tres carros y ya volvernos a Kuala Lumpur.


Pues el sábado, salimos muy puntuales a las 7:30am. Eramos nueve personas: Yussof, ejecutivo de un banco local y cliente, Isni, agente de viajes, Suhaini, Ramlah y Raina (pareja e hija de 19 años), Said, vendedor y guía de KE, Bai, guía "orang asli" (aborigen de la península) de esta zona y organizador del viaje, Ishak y yo.



La manejada hasta Unggol resultó un poco más corta de lo previsto y para mediodía pasadas ya estábamos allí. Almorzamos y alistamos el equipo: inflamos la balsa, la cargamos con el equipo, nos cambiamos y pusimos todo en el río Endau. Ishak y yo nos fuimos en el kayak y el resto del grupo en la balsa. Además, la gente del hotelito, intrigada por la idea de hacer este viaje con visitantes, mandó a dos de sus empleados en un kayak "para acompañarnos" y luego ellos se regresarían con los choferes que llevarían los carros al final del recorrido.

Ishak y Ligia

Inflando la balsa

El río estaba bastante bajo y con poca corriente, así que hubo que remar bastante para avanzar. Pera el agua estaba super clara y las márgenes del río todas cubiertas de vegetación.


Yo esperaba ver por lo menos un par de "hornbills" volando, pero sólo vimos una ardilla, una lagartija "monitor" y una gallina silvestre (de donde domesticamos las que nos comemos). Volamos remo por casi dos horas para llegar a Kuala Kincin (donde se une el río Kincin) y allí nos esperaban dos guardaparques, que resultaron ser primos de Bai. En el camino, nos cayeron un par de chubascos y constantemente se oía una tronadera amenazadora.


Nosotros esperábamos encontrar cantidad de bancos de arena para escoger donde acampar, pero a final de cuentas, acampamos en el veintiúnico que encontramos que resultó muy aceptable y tenía rastros de haber sido usado para esto en otras ocasiones (no porque hubiera basura, estaba muy limpio, sino que había cañas de bambú haciendo una estructura sobre la cual poner una lona). Al llegar, se vino el aguacero, así que empezamos por poner nuestra lona en el bambú que estaba allí tan conveniente.

El campamento

Para la cena, Ramlah había preparado de antemano una salsa bolonesa para espaghetti, para ser prácticos y sólo tener que cocinar la pasta y calentar la salsa. Pero para Bai, eso de no comer arroz no era aceptable y él había hecho su propio aprovisionamiento: hizo arroz y luego alistó un curry para ponerle encima.

Bai alistando arroz

Llovió como hasta las nueve de la noche, pero no pudimos ver las estrellas pues siguió bastante nublado, aunque durante la noche me despertó el brillo de la luna llena y su reflejo en el río.

No tuvimos problema de mosquitos, pero las purrujas me hicieron compañía en la tienda toda la noche.

Domingo, desayunamos (ellos arroz con macarela de lata, yo pan con mantequilla de maní...) y esperamos a que llegara un poco de sol al campamento para secar las tiendas antes de desarmarlas.

Frente al campamento estaba el único rápido que ameritara ese nombre, así que los fiebres de Bai, sus primos y Said jalaron la balsa de vuelta para bajarlo antes de irnos.
Veinte minutos subiendo...


Diez segundos bajando

A eso de las diez, empezamos de nuevo; esta vez me tocó ir en la balsa.


La remada resultó ser de menos de una hora para llegar a Kuala Jasin (donde se une el río Jasin), donde la Corporación de Parques de Johor tiene una estación y un hotelito. Allí paramos para hacer una caminata.

Kuala Jasin

Algo fascinante de este lugar es que las instal
aciones no están a la orilla del río, de hecho hay que subir gradas para llegar desde el río y deben estar como a 4 o 5 metros por encima del nivel del río ese día. Pero resulta que durante la estación "más lluviosa" (el monsón del noreste), los ríos se crecen de tal forma que casi todos los años inundan las cabinas y demás construcciones del lugar! De hecho, el parque se cierra entre diciembre y marzo, pues el acceso es prácticamente imposible...

La caminata que hicimos fue a lo largo del río Jasin, siguiendo un sendero bastante plano por el bosque; muy lindo y tranquilo, pero lleno de sanguijuelas. Al principio, yo había decidido que las iba a dejar que tomaran su dosis de sangre y se "botaran" solitas, pero al ir en sandalias, eran demasiado visibles y la caminata estuvo combinada con paradas para que todos nos revisáramos los pies y alguien le quitara las que tuviera Rania - pues la chiquilla ni a palos las quería tocar!


Estos bichitos cubren el nicho que tienen las garrapatas en nuestros bosques y están atentos al paso de un animal de sangre caliente para pegársele, con la diferencia de que después de unos minutos, ya llenas de sangre, ellas solitas se dejan caer y a menudo uno no se da cuenta sino hasta que ve que tiene un puntito de sangre en la piel. No transmiten ninguna enfermedad, así que es más que nada la "impresión" del bicho baboso...


Lo que no planifiqué bien fue que iba con vestido de baño y unos shorts encima y sandalias, todo mojado y con algo de arena, suficiente para que me chimara bastante los pies y entre las piernas y para el regreso venía caminando como vaquero.

Volviendo a la caminata, el sendero está en buen
estado y han construido puentes sobre el río y otras quebradas, usando el sistema que usan en los puentes de "canopy walks", con escaleras de aluminio como base, tablones, redes a los lados y todo amarrado con cuerdas. Bai explicó que si el río se crece, no dejan usar los puentes pues las cabezas de agua pueden pasarles por encima!

Sendero a Kuala Marong

Llegamos primero a Kuala Marong, donde fu
e impresionante ver en las aguas transparentes del río unos "pejes" tamaño familiar, que resultaron ser el tipo de pez de río más popular por aquí y que actualmente es carísimo por lo escaso y en este lugar, por estar totalmente protegido - de verdad - vimos unos ejemplares de 40-60cm y super mansos. Los dos pescadores del grupo hasta que babeaban!

Kuala Marong

Seguimos unos 500 metros más hasta el lugar que llaman "Tasir Air Biru" (Laguna de Aguas Azules), que resultó precioso y justificó la caminata con todo y las sanguijuelas. Es una lagunita en el río Marong, siempre con las aguas super claras y bajo la sombra de los árboles; allí igual, los peces prácticamente nos tocaban las piernas al pasar, super mansos. El agua estaba fresquita, casi fría y la laguna es suficiente profunda como para que algunos se dieran el gusto de hacer clavados desde una piedra.

Tasik Air Biru

Fuimos regresando a Kuala Jasin casi a las cuatro de la tarde y ahí nos dimos cuenta de que el plan inicial no era práctico, pues ya íbamos todos bastante cansados y serían otras dos horas de remar para llegar a Kampong Peta, así que hubo motín y propusimos que Bai - que de por sí conoce a todo mundo en el parque - tomara prestada una moto y fuera al pueblo a avisarle a los choferes que se trajeran los carros hasta Kuala Jasin (por carretera se tarda sólo 15 minutos) y ya salir directo de allí. La moción fue aceptada unánimemente!

Claro, asumimos que los choferes ya estaban esperándonos. Pero estamos en Malasia y es más, en Malasia rural, donde el tiempo es algo muy relativo.

Ishak

Empezó a llover mientras sacábamos el equipo de la balsa y lo subíamos a donde llegarían los carros, subimos el kayak y la balsa y la desinflamos; nada de carros. Aprovechamos las instalaciones y nos duchamos y aproveché para ponerme curitas en los pies chimados; nada de carros...

Suhaini y Rania mientras esperábamos los carros

Finalmente aparecieron como a las cinco y media. Rapidito cargamos todo y a las 6pm íbamos saliendo de Kuala Jasin. Hubo que parar en Kampung Peta, donde están las oficinas del parque, para pagar por nuestra visita y esto tomó casi media hora, con todo y que desde una semana antes se les había mandado una lista de los nombres y números de identificación de todos los participantes, etc. Paciencia. Aparte de las oficinas, este caserío "orang-asli" (aborigen) es bastante pobre y muy aislado de la prosperidad que ve uno en otras partes del país.


A todo esto, desde antes de llegar a Unggol el sábado a mediodía, dejamos de tener señal en los celulares, así que no había podido comunicarme con Miguel para decirle que ya estábamos fuera del agua, pero que tardaríamos en llegar a Kuala Lumpur.

Cuando finalmente salimos de Kampung Peta, eran más de las 6 y media y ya anochecía. El camino durante los siguientes 40 kilómetros fue asfaltado en algún momento, pero desde entonces lo han dejado que se vaya despedazando y son más huecos que camino (para la familia, imagínense la entrada de la carretera principal a La Chinchilla, pero 100 veces más larga...), así que era imposible ir a más de 30km/hora.

Bai iba manejando el primer carro y nosotros detrás; habíamos pasado varios puentes de madera que se veían medio sospechosos y de pronto, vimos que frenó y se desvió a un lado del camino. Resulta que no había puente, se había caído y al lado pudimos ver que habían hecho un puente flotante provisional y los accesos a ambos lados eran sendas cuestas de puro barro.

Y el puente??

La Toyotona que llevaba Bai es ya viejita - más de 10 años - y allí decidió que no le entraba la doble tracción, así que la subida de la cuesta embarrialada tomó un par de intentos y luego aprovechar que tenía un winch en el frente con el que se jaló el resto de la cuesta.

Puente provisional y la Toyotona patinando adelante

A eso de las 9pm, finalmente tuvimos señal en los celulares y llamé a Miguel inmediatamente, que ya me había llamado varias veces y mandado varios mensajes y había llamado a Yushaak, a ver si sabía donde carajos estaba la mujer.

Todavía faltó un rato más antes de salir a la carretera de verdad y llegar al pueblito de Kahang, donde paramos a comer algo, con la mala suerte de que el lugar que escogimos resultó lentísimo en el servicio, así que eran más de las 10pm cuando ya salimos rumbo a Kuala Lumpur, pero ya en buenas carreteras.

A eso de las 2:30am, iba entrando a la casa. Pues sí, como que el viaje se había hecho pesado!

Aparte de los piquetes de las sanguijuelas y la chimada en las piernas, que ya se van disipando y el cansancio de ese día, que recuperé con una buena dormida al día siguiente, me alegra haber tenido la oportunidad de visitar esta zona tan espectacular.

jueves, julio 17, 2008

El rompecabezas terminado!

Allá por el 24 de febrero del 2007, compré y empecé a armar un rompecabezas de 3000 piezas. Empecé muy matona, por supuesto, armando el marco y separando las piezas con las partes más obvias, que les enseñé muy oronda como diez días después (ver blog 5 marzo 2007).

Después de eso, empecé a estar más ocupada con los viajes de educación ambiental y otras cosillas, además de que la ubicación en el piso me estaba matando la cintura, y fueron varias semanas hasta que compré un pedazo de plywood y Mónica amablemente lo transportó en su carro (en el mío no cabía) y así resultaba más fácil moverlo a la mesa de la sala o al cuarto, según fuera necesario.

Gracias a la abnegada colaboración de doña Grabielita Cruz de Thompson, quien "planeó" viajes de trabajo para venir a ayudarme, logramos reacomodar el marco, que yo había armado mal y luego avanzamos bastante. Su madre también demostró que es un asunto familiar y se cuadró también a ayudar durante su visita hace unas semanas.

Así que ahora ya había llegado al punto donde lo que quedaba eran la piezas que sólo por su forma podía encontrar, pues los colores eran muy similares, de modo que ya era una labor de pura paciencia para ir probando una por una. Además, este rompecabezas resultó tener (asumo que resultado del proceso de cortado) varios juegos d
e piezas que eran casi exactas en forma y sólo al ir armando y ver que no calzaban colores, había que rearmar.

Ayer, finalmente, llegué a la penúltima pieza!!! Pero la última, casi que tuve que coger las tijeras para hacerla calzar... No pertenece al espacio que queda vacío y hasta Miguel estuvo un rato buscando a ver donde estaría la otra pieza para inter
cambiarlas, pero nada. Claro, puedo escribir al fabricante y quejarme de que incluyeron una "pieza equivocada", no creen?

Aquí está el motivo de mi orgullo:


Ahora estoy tentada a comprar uno con un tema muy subversivo: Winnie Puh de 2000 piezas... Es que se ve tan lleno de colores vivos que me parece que sería un bonito cambio. Y tendria una fecha límite a marzo del año entrante para terminarlo!

El sábado me voy de gira con mis amigos de Khersonese. Vamos a explorar un río en el parque de Endau Rompin. Es un viaje de dos días con largas manejadas, pero espero que valga la pena. Ya les reportaré.