domingo, noviembre 23, 2008
Siembra de arbolitos de mangle
Como un adendum al episodio anterior, les incluyo un video preparado por mi colega Karen Chen:
domingo, noviembre 16, 2008
Dos semanas en Langkawi
Las pasadas dos semanas estuve en la isla de Langkawi en el noroeste de Malasia, justo en la frontera con Tailandia. Teníamos los tres últimos grupos de estudiantes del año, uno la primera semana y dos simultáneos la segunda.
Aparte de las actividades usuales de snorkelear en el arrecife de Pulau Payar, kayakear en los manglares del río Slim, caminar el bosque y hacer la aventura de "canopy" y aprender del cultivo tradicional de arroz, esta vez empezamos a promover que las escuelas planten árbolitos de manglar para "contrarrestar" el carbón emitido por volar de Hong Kong a Langkawi (Carbon offset), cosa que resultó en una embarrialada que le encantó a los mocosos.
Y como esta idea es algo nuevo por aquí, un político local decidió aprovechar la ocasión para aparecer ante la prensa apoyando la iniciativa, así que con el segundo grupo tuvimos a la tele y un par de periodistas siguiendo a este señor y su cortejo, más los chiquillos embarrialados.
Tuvimos un par de días libres entre los dos viajes y, junto con Richard y Matt (dos de los jóvenes biólogos con los que trabajo) decidimos hacer una vuelta en bici por la isla. Preguntamos a Jurgen - nuestro contacto en la isla, que además tiene un programa de entrenamiento para triatlón "Ironman" - y él nos alquiló tres de sus "chuzos" de bicicletas de carreras. Creo que ninguno de los tres había usado bicis así antes, livianitas y rápidas. Ese día, primero pedaleamos al río Kilim, para ayudar a Jurgen a transportar los arbolitos de manglar y luego seguimos dando una vuelta por la parte norte de la isla.
En la tarde, cuando ya íbamos de regreso y ya sintiendo algo adolorido ustedes ya saben donde, Matt se fijó en el odómetro de su bici y vio que llevábamos setenta y pico de kilómetros, así que de fiebres, hicimos una vueltica extra para redondear los 80 kilómetros, que terminaron en 81.4!!
Los dos grupos que nos tocaron resultaron ser muchachos bastante educados e interesados, así como los maestros, cosa que hace los viajes más fáciles, aunque al final del segundo grupo, ya yo botaba el tapón y estaba lista para salir corriendo de vuelta a Bukit Utama. El viernes a media tarde, Miguel me recogió en el aeropuerto, después de haberme despedido de mis colegas, a quienes espero ver de nuevo el año entrante.
Aparte de las actividades usuales de snorkelear en el arrecife de Pulau Payar, kayakear en los manglares del río Slim, caminar el bosque y hacer la aventura de "canopy" y aprender del cultivo tradicional de arroz, esta vez empezamos a promover que las escuelas planten árbolitos de manglar para "contrarrestar" el carbón emitido por volar de Hong Kong a Langkawi (Carbon offset), cosa que resultó en una embarrialada que le encantó a los mocosos.
Y como esta idea es algo nuevo por aquí, un político local decidió aprovechar la ocasión para aparecer ante la prensa apoyando la iniciativa, así que con el segundo grupo tuvimos a la tele y un par de periodistas siguiendo a este señor y su cortejo, más los chiquillos embarrialados.
Tuvimos un par de días libres entre los dos viajes y, junto con Richard y Matt (dos de los jóvenes biólogos con los que trabajo) decidimos hacer una vuelta en bici por la isla. Preguntamos a Jurgen - nuestro contacto en la isla, que además tiene un programa de entrenamiento para triatlón "Ironman" - y él nos alquiló tres de sus "chuzos" de bicicletas de carreras. Creo que ninguno de los tres había usado bicis así antes, livianitas y rápidas. Ese día, primero pedaleamos al río Kilim, para ayudar a Jurgen a transportar los arbolitos de manglar y luego seguimos dando una vuelta por la parte norte de la isla.
En la tarde, cuando ya íbamos de regreso y ya sintiendo algo adolorido ustedes ya saben donde, Matt se fijó en el odómetro de su bici y vio que llevábamos setenta y pico de kilómetros, así que de fiebres, hicimos una vueltica extra para redondear los 80 kilómetros, que terminaron en 81.4!!
Los dos grupos que nos tocaron resultaron ser muchachos bastante educados e interesados, así como los maestros, cosa que hace los viajes más fáciles, aunque al final del segundo grupo, ya yo botaba el tapón y estaba lista para salir corriendo de vuelta a Bukit Utama. El viernes a media tarde, Miguel me recogió en el aeropuerto, después de haberme despedido de mis colegas, a quienes espero ver de nuevo el año entrante.
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