domingo, septiembre 16, 2007

Carrera de 10 km del 9 de setiembre

Pues ayer, finalmente, participé en la carrera de 10km. La última vez que había corrido en una competencia fue cuando tenía 10 años y era una carrera de 200 metros en la calle frente a Los Capuchinos, en Cartago, donde llegué de primera y me gané un par de tenis "Bilsa". Para los que no conocieron esos modelos "pre-Nike y Adidas", eran de lona, siguiendo el modelo de los All Star y en ese tiempo yo los gastaba a un ritmo de 3 o 4 meses el par. Costaban de viaje 18 o 20 colones el par!


Pero ya ven cómo pasa el tiempo. Hace diez años, mi amiga escocesa Seonaid, nos inscribió en una carrera de 12 km en Singapur, para la que entrenamos pero no llegamos a correr, pues en ésos días los niveles de contaminación por "el humo" (cortesía de grandes quemas en Indonesia) eran insalubres. Así que pasó todo ese tiempo para que este año me inscribiera y no participara en una carrera en marzo y ahora, ya no me quedaban excusas para no hacer ésta.


Aunque yo he estado corriendo un poco más de 10km en el pasado, ha sido más que nada en plano (en la playa en Aguadulce, o en un "corredor" en el gimnasio). Y la semana pasada me enteré que la ruta tenía "cuestas", que la hacían más difícil.



El evento era patrocinado por la marca Mizuno y organizado por el Club de los Pacesetters y tuvo una gran respuesta: como 2100 participantes. Yo me puse de acuerdo con Alex, otro Pacesetter quien pasó por mí a las seis de la mañana, más que nada porque encontrar parqueo iba a ser un problema. Así que temprano ya estábamos allí y aquello era como una feria. A las siete nos pidieron que empezáramos a acomodarnos en la salida, tratando de que aquellos que calculaban tardar más de 45 minutos estuvieran más atrás que los corredores serios, así que me fui para atrás muy obediente. Había casi que igual cantidad de hombres y mujeres, algunos chiquillos (10-12 años) y más de uno ya mayorcito.



A las siete y media en punto, dieron la señal de salida y empezamos a caminar, pues aquel mar de gente no se movía tan rápido al principio, pero a los 100 metros ya empezamos a dispersarnos. Yo me fui despacito, tratando de ver donde iban a estar las cuestas y para no fundirme y la verdad, de fijo que no iba al nivel de los Kenianos, que son los que ganan todas las carreras aquí, pero tampoco era la última; había mucha gente que a los primeros 500 metros empezaron a caminar. La cuesta que resultó difícil fue la que había después de donde ofrecían el agua, lo que no ayudaba pues uno había parado a beber algo y perdido "el impulso". Para un tico entrenando en las cuestas nuestras, la ruta no era nada del otro mundo; estoy segura de que a más de uno le habría hecho gracia que la consideraran difícil. En los últimos dos kilómetros, gracias a los consejos de un chino que hace esa ruta regularmente, supe cuando venía un pedazo cuesta abajo para pegar carrera y cuando era la última cuestica y llevarla más suave. Al final, en los últimos 50 metros, me di el lujo de picarme con una señora india... y ella ganó!


Llegué en puesto 144 general de mujeres, en 1:12, nada del otro mundo, pero no, no llegué con la ambulancia.


Apenas llegaba uno, le daban una bolsita con una botella de agua, una medalla (todo mundo que terminó recibió medalla) y un cupón para desayuno: había sandía y bananos, agua, bebidas isotónicas, una versión local de muffins, Milo y cereal. Yo me encontré con Alex, quien me había dado el transporte y luego de tomar algo y refrescarnos, volvimos a la casa.


Toda la gente con la que hablé ya estaba diciendo que siga entrenando para las carreras de 15km que habrá a principios de año y que tal vez haya algunas otras en noviembre y diciembre, ya que esta semana empieza el Mes de Ayuno musulmán, así que no habrá ninguna competencia por aquí. Ya veremos.


De premio de la carrera, Miguel y yo fuimos a almorzar comidita Tai, seguida de un heladito...

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