domingo, septiembre 30, 2007

Viaje exploratorio a Langkawi

La semana pasada, hicimos una visita a la isla de Langkawi con el fin de planear el viaje de un grupo de estudiantes en noviembre próximo. Fuimos cinco mujeres: Bridget, Karen, dos muchachas escocesas (Louise y Danielle) y yo. Ellas tomaron el bus de Singapur a Kuala Lumpur el lunes en la mañana y yo me uní al grupo en la tarde, para tomar el vuelo a Langkawi.

Allí, nos esperaba Jurgen, un alemán que lleva años viviendo y trabajando allí, haciendo tours de aventura e "hipnoterapia". Nos llevó a uno de los hoteles que podría usarse para el grupo; se llama "Langkawi Boutique Resort", pero de boutique no le encontré nada. Los cuartos están limpios pero falta mantenimiento, con ventanas que no cierran bien y cuando llueve se mete el agua, luces que no funcionan, etc. Martes en la mañana, cuando fuimos a desayunar, costó que se organizaran para alistar té (que llegó frío) y tostadas sin tostar...

Nuestra primer visita fue al bosque, donde nos dividimos para seguir a un guía naturalista local por un lado y para hacer la aventura en el dosel (canopy). Nos alistaron con arneses, mosquetones y demás equipo y subimos por la colina para luego pasar un puente de cuerdas, hacer "rapel", descolgarnos entre dos puntos, etc. Todo muy seguro y profesional.


También vimos algunos bichitos, incluyendo este escorpión y una sanguijuela que se llevó una donación de sangre de mi pie derecho...




De allí, visitamos un orfanato, con la idea de proponerles que los estudiantes hicieran algún "trabajo comunal", pero el encargado no mostró ningún interés y muchos "peros" (lástima!). Como estamos en medio mes de ayuno musulmán, costó encontrar un lugar para comer algo hasta tarde.

Miércoles, decidimos que ése hotel no iba a servir y nos pasamos a otro casi enfrente, del lado de la playa, que primero habían dicho que no tenían campo para el grupo y luego resultó que sí. Ni nos molestamos en pedir el desayuno y más bien pasamos a una cafetería local donde comimos rico, con todo y que todo el pobre personal estaba ayunando...

Este día tocaba ir a visitar el manglar en kayaks. Manejamos a la parte este de la isla, donde tomamos primero una lancha hasta un lugar donde hay un restaurante de mariscos que tiene "estanques" con "el menú en vivo". Allí, Jurgen tiene almacenados los kayaks y equipo. Ya remando, nos fuímos por un canal secundario hasta llegar a la orilla de las formaciones de piedra caliza que son muy típicas de esta región.

Subimos por un senderito hasta llegar a una cueva, que todos menos esta claustrofóbica visitaron para ver las formaciones y animales que hay allí.


Luego, volvimos a los kayaks y remamos un poco más para llegar a otra caverna donde se entra con todo y kayak. Ahí no tuve oportunidad de quitarme y fueron quince minutos un poco incómodos para mí, aunque bien interesantes (me concentré en ver formaciones y asegurarme de no golpear la roca con el kayak).



Para cuando volvimos al hotel, a todas nos dolían los brazos y a algunas también las piernas por la caminata del día anterior, así que hubo decisión unánime de ir a un lugar de masaje tailandés. Yo escogí una combinación de masaje de pies, manos y cabeza, de 40 minutos, que estuvo delicioso y con eso me fui a dormir muy bien!

Jueves, el plan era hacer la visita a la isla de Payar, donde llevaremos al grupo a esnorkelear viendo los corales (en Langkawi propio, no hay corales)
, pero no se pudo hacer, así que entonces decidimos alquilar un carro y recorrer la isla para afinar otros detalles del viaje.

Visitamos un "Museo del arroz", donde estaban tan contentos de tener visitantes, que el guía - Encik Rosdy - nos dedicó dos horas para enseñarnos arrozales tradicionales y modernos, así como cantidad de plantas medicinales, que es su principal interés. Me llamó la atención que su memoria, por lo menos para nombres de plantas, es más olfatorio que visual - oliendo las hojas antes de darnos el nombre.



También pasamos por una aldea -"kampong"- que fue afectada por el tsunami del 2004, pero ahora ya no hay mayor evidencia, pues todo ha sido reconstruído; un "centro artesanal" que resultó más una venta cara de souvenirs y un lugar de aguas termales bastante singracia. Por último, fuimos a una catarata, que nos pareció bastante bonita y atractiva para una visita corta.

Viernes, volamos de vuelta a Kuala Lumpur. Karen y las escocesas siguieron para Singapur y Bridget se quedó con nosotros y sábado se fue a visitar otro lugar aquí al este de Kuala Lumpur.

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